Tú, viejo Duero, sonríes
entre tus barbas de plata
moliendo con tus romances
las cosechas mal logradas
Y entre los santos de piedra
y los álamos de magia
pasas llevando en tus ondas
palabras de amor, palabras.
Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso
pero con distinta agua.
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2 comentarios:
los arribes..... Como se nota tu vena zamorana!!!!!
Me encanta, la sabía de memoria.
Y recuerdo cuando se la susurraba a alguien al oído en el Paseo Alto de Cáceres...
El Padre Duero, desde la Laguna Negra hasta más allá de los Arribes (y no las Arribes), en Oporto.
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